Emblemas blanco

 H I S T O R I A  Y  S O C I E D A D
Boletín electrónico

 

Por Mag. Juan David Alfaro Araya. Profesor de la Cátedra de Historia de la UNED. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. 

Justificación

El presente estudio se enfoca entorno a la identidad afrocostarricense reconstruida desde la perspectiva Vallecentralina, lo cual significa ahondar en las percepciones  de los pobladores  del Valle Central con respecto a la población afrocaribeña, tema que ha sido objeto de diversas investigaciones que serán retomadas a lo largo de este trabajo.

La justificación que encierra la naturaleza de esta investigación estriba en demostrar como a partir del contacto entre diversa identidades (Culturas), se reconstruyen las mimas, de este modo es factible identificar el acercamiento notorio entre el Valle Central y Limón, durante el periodo en que se estableció el Ferrocarril al Atlántico, hasta la segunda mitad del siglo XX, en que se agiliza el transito de la población limonense de color hacia la Depresión Tectónica Central.

Además el estudio de la identidad afrocostarricense se ve favorecido debido a la multiciplidad de fuentes secundarias accesibles, de igual manera el periodo es cubierto plenamente mediante la inserción de dichas fuentes secundarias lo cual es un motivo que justifica tanto el objeto de estudio como el periodo.

Asimismo este trabajo pretende estudiar brevemente en que medida el acercamiento entre el Valle Central y Región Huetar Atlántica ha modificado el ideario del carácter esencial de la Nación costarricense que tradicionalmente ha estado imbuida de un matiz Vallecentralista.

Objetivos:

  1. Analizar como era percibido el negro por la población del Valle Central, tomando en cuenta la existencia mayoritaria de gente “blanca”.

  1. Describir los factores geográficos y económicos que posibilitaron el establecimiento de poblaciones afro-antillanas  en el Caribe costarricense.

  1. Explicar los resultados que emergieron a raíz del contacto identitario entre la población afrocaribeña y los grupos humanos establecidos en el Valle Central, evaluando las consecuencias originadas específicamente en el ámbito de la identidad afrocaribeña.

Preguntas

¿Qué significó para la población afrocostarricense el contacto con grupos humanos del Valle Central, en el ámbito identitario?

¿Cómo percibían las poblaciones del Valle Central a los migrantes afrocostarricenses, provenientes de Limón, durante el periodo 1900 1950?

¿Qué factores geográficos y económicos posibilitaron el establecimiento de poblaciones afrocostarricenses en el Valle Central durante el periodo en estudio?

Marco Teórico

La argumentación teórica de este trabajo consiste en explicar como a través del contacto entre identidades étnicas diversas, se produce una serie de transformaciones, dentro de  las mismas, en este caso, el contacto entre la población afro caribeña y la población “blanca” del llamado Valle Central, permite el surgimiento de toda una gama de concepciones que dichos grupos tenían con respecto a su otredad.

Sin embargo, este contacto condujo a una negociación cultural por parte de los negros que se asentaron dentro del valle central, y en cambio los grupos poblacionales de la zona atlántica del país reafirmaron su identidad durante el período en estudio (1900-1950). Así mismo, las percepciones de los blancos del valle central estuvieron matizadas por actitudes de racismo y menosprecio, específicamente con relación a los grupos que provenían del caribe costarricense.

Este contraste de percepciones originó un replanteamiento en torno al concepto de nacionalidad y de nación costarricense, el cual está caracterizado por una serie de atributos esenciales con respecto al origen de dicha nación. La naturaleza esencial de la nación es explicada por la historiadora Patricia Alvarenga, quien sostiene que “el nacionalismo es una construcción histórica cuyo significados nunca son fijos pues, al igual que las otras dimensiones de las identidades sociales, la nacional es también inestable y provisional. No obstante, esta aparece ante los hijos de la nación como esencial y frecuentemente inmutable. Ello se aprecia especialmente cuando el nacionalismo se convierte en una fuerza agresiva que busca cohesionar a los legítimos habitantes de la nación contra otros grupos nacionales o étnicos”.1

En este estudio, Patricia Alvarenga explica el carácter esencial de la nación costarricense, con el fin de demostrar el impacto que supone la inmigración nicaragüense para la construcción de la nacionalidad. La población afro costarricense corresponde a grupos humanos pertenecientes al territorio de la nación, pero que no fueron incorporados dentro de la construcción de la nacionalidad costarricense y, que no fueron tomados en cuenta a la hora de recrear la identidad étnica nacional.

Autores como Constantino Láscaris reflexionan sobre el carácter innato del costarricense, en donde exaltan a la población vallecentralina  como étnicamente homogénea, diferenciándose de las poblaciones del caribe,  que no comparten los mismos rasgos étnicos.2

La comunidad imaginada estuvo marcada por el ideario de crear una nación esencial, donde su población fuera étnicamente homogénea (que como supone Láscaris, sea una población blanca de descendencia española), pacífica, igualitaria y democrática, tal como se  enfatizó durante las últimas décadas del siglo XX.3

A partir de las anteriores interpretaciones del concepto de nacionalidad, se puede demostrar que los grupos afro caribeños no fueron tomados en cuenta como miembros legítimos de la nación, ya que no se consideraban étnicamente iguales a la población vallecentralina.

En este sentido, la nación esencial costarricense excluye a priori a los grupos afro-caribeños. Por ende, el contacto entre las poblaciones del valle central y  la población afro caribeña, condujo a un cuestionamiento de la nación, esto derivó también en actitudes de xenofobia y racismo en contra de los grupos que étnicamente no habían sido preconcebidos dentro de la construcción de la nación.

Cuando se estudia el contacto entre grupos identitarios distintos, es posible recurrir a interpretaciones realizadas por estudiosos de fronteras culturales, quienes explican el desarrollo y el impacto que se lleva a cabo una vez dado el cruce fronterizo, y por lo tanto la interacción existente entre identidades diversas después del proceso citado.

De este modo, etnógrafos como Barth contradicen la opinión simplista que considera al aislamiento geográfico y el aislamiento social como los factores fundamentales en la conservación de la diversidad cultural. Y por el contrario, Barth afirma que es en la interacción y de modo relacional como las identidades se procesan y se construyen.

Así mismo, Barth afirma que la convivencia cotidiana en una zona fronteriza no se traduce en una identidad compartida, sino que la interacción cotidiana genera en muchos casos un crecimiento de roces y conflictos entre los grupos identitarios.4 

   

En el caso de Limón, los primeros contactos denotan un alto grado de hostilidad por parte de los grupos blancos para con los individuos afro caribeños, donde los conflictos se evidencian en medio de la dominación teórica y concreta que ejercen los primeros grupos mencionados.

El propio Barth sostiene que conceptos tales como: fricción interétnica sirven para enfatizar el carácter conflictivo de dichas relaciones, moldeadas por una estructura de sujeción – dominación.5

El contacto del valle central con Limón, pone en vínculo directo a los pobladores blancos del primero con los negros del segundo. Dentro de esta dinámica social, los blancos al ver que la nación esencial está siendo amenazada por agentes étnicamente diversos y considerados inferiores, asumen una actitud de rechazo e intolerancia hacia la etnia diferente.

Sin embargo, la concepción de Barth es relativizada debido a que excluye la negociación cultural dentro de la interacción interétnica, lo cual se desarrolla en un clima donde no necesariamente surgen las fricciones, aunque se pueden llevar a cabo procesos de reafirmación identitaria.

Con respecto al contacto entre las poblaciones de Limón y el valle Central es sumamente arriesgado puntualizar la existencia  de un único modelo de comportamiento interétnico, es decir  hay una tendencia bastante diferencial, ya que en determinados momentos o lugares las fricciones pueden ser frecuentes, mientras que en otras ocasiones  se  llevan a cabo relaciones de negociación cultural y también en situaciones recurrentes se desarrollan procesos de reafirmación identitaria específicamente los negros en Limón.

Hipótesis

a-    Las concepciones esenciales entorno a la construcción  de la nación costarricense  conllevaron  al establecimiento de esquemas xenófobicos  dentro de la población del Valle Central con respecto a la inmigración  afrocaribeña.

b-    El estancamiento de las producción bananera en Limón, aunado al agotamiento de las tierras y el traslado de la UFCO hacia el Pacífico Sur, fueron causantes de flujo migratorio  de las poblaciones afrocaribeñas hacia el Valle Central.

c-      El contacto de la población afrocostarricense con la población del Valle Central, conllevo un reforzamiento identitario, aunque  también existieron procesos de negociación cultural dentro del Valle Central.

Limón y lo que hoy día corresponde  a la Región Huetar Atlántica, fueron tardíamente colonizados, dado que el acceso a la zona era sumamente difícil, el clima inhóspito (tropical muy húmedo)  y la falta de servicios básicos (alimentos, carreteras, etc); hacían desistir de inmediato a todo aquel aventurero que quisiese emprender la hazaña de establecerse y colonizar el Caribe costarricense.

Al desarrollarse la construcción del ferrocarril al Atlántico (1871), la hostilidad del clima hizo evidente la necesidad de contratar trabajadores de otros países; los cuales estuviesen acostumbrados a lidiar con condiciones similares a las del trópico húmedo; quienes llegan mayoritariamente al país para laborar en dicha actividad son jamaiquinos, quienes además de estar acostumbrados al clima, podían comunicarse con los empresarios norteamericanos, dado que su lengua natal era el inglés.

 A pesar de que algunos costarricenses del Valle Central habían sido contratados en principio para trabajar en tan ardua labor, duraron muy poco tiempo  debido al clima, el cual le generaba problemas de salud, como se evidencia en la siguiente cita:

“se han empleado peones costarricenses bajo la hábil  y mágica dirección de don Francisco López Calleja. De la sección de Limón hasta Madre de Dios, he mandado retirar todos los peones del país, por razones de salud”[1]

Aquí se empieza a observar la diferenciación de dos espacios étnicos divergentes los blancos por un lado, ubicados en el Valle Central y los negros por otro, en la zona de Limón. La mayoría de trabajadores negros, esperaban  hacer fortuna o simplemente acumular dinero  con el fin de regresar a su lugar de origen; no obstante al finalizar la construcción del ferrocarril y comenzar el auge de la actividad bananera muchos deciden quedarse.

Por lo general estos trabajadores se establecieron en las mismas plantaciones y conocían muy poco de Costa Rica; incluso el contacto con los nacionales era muy escaso, puesto que las relaciones de carácter laboral las establecían con contratistas extranjeros.

Aunado a esto los mecanismos gubernamentales desde la primera mitad del siglo XIX incluso y hasta medidos del siglo XX,  habían limitado legalmente el contacto entre blancos y negros, mediante la dictaminación de leyes y medidas restrictivas; como lo ejemplifica Carmen Murillo, en la siguiente cita referente a la  ley de inmigración conocida como la Ley de Bases y Colonización:

No se permitirá la colonización de razas africanas y china; y en caso de que se considere necesario, se impedirá o limitará la introducción al país de individuos que pertenezcan a ellas”[2]

Las etnias distintas a las blancas no se encontraban contempladas en la estructuración del Estado Nación, por que son ignoradas por el aparato estatal, al no incluirse o considerarse a los individuos no blancos como ciudadanos.

Esta acción estatal genera en el país un ambiente dentro de la opinión publica de racismo y xenofobia,  teniéndose al mestizaje como un peligro constante para la raza blanca; ya  que amenaza su entorno social y económico, por la posible competencia laboral, con los negros.

Estas ideas se ven plasmadas en periódicos, revistas y otros documentos; un caso de estos es Repertorio Americano, en donde estas ideas de xenofobia son fomentadas según Yolanda Cruz, ejemplificándolo en las siguientes citas:

“...la población negra es una verdadera amenaza para el costarricense, mayormente blanco, que puede perder si se mezcla con estos grupos, su mayor carta de presentación al exterior y que la hace precisamente distinguirse de sus vecinos centroamericanos”[3]

“Nada tengo como humano, contra nadie, sea blanco, chino o negro, ni contra nacionalidad alguna de la tierra, pero esto no obsta para que señale los peligros que tiene para nuestra nacionalidad”[4]

Evidentemente al darse el contacto entre blancos vallecentralinos y negros limonenses, los blancos poseerán un ideario de temor al cambio o transformación de su identidad nacional, reaccionando con xenofobia y a su vez, utilizando la misma como mecanismo de defensa étnica, en la reafirmación teórica de su superioridad como hombre blanco.

El contacto entre blancos y negros antes de al década de 1930, no había sido sumamente representativo, dado que el Valle Central se encontraba aislado del entorno limonense, pues la producción bananera mantenía ocupada a la mano de obra negra casi en su totalidad; no es sino  hasta el primer lustro de esa década, con el decaimiento de la producción bananera es que Limón se convertirá en una zona de expulsión poblacional hacia el Valle Central.

Al trasladarse la producción bananera de la Costa Atlántico a la Costa Pacífica se comienza a evidenciar un mayor contacto étnico entre ambas poblaciones, no obstante el discurso xenofóbico que se había promocionado en el ámbito nacional había llegado a la población en general, incluso los políticos, se referían directamente hacia las etnias negras, que buscaban trasladarse al Pacifico (con el fin de continuar trabajando en la industria bananera), en tonos despreciativos racistas, como se evidencia en la siguiente cita:

“...la gente de color del Atlántico va a invadir el Pacifico con graves consecuencias... que debemos afrontar. Para mí solo hay una Madre Patria: Costa Rica, una Madre Patria que defenderé siempre...No debemos permitir que las puertas de la zona pacífica se abran a una avalancha de razas de color. Los detesto...Se reproducen de dos a tres veces más rápido que la raza blanca. (La Tribuna, 8 XII. 1934: 4-7)[5]

La situación que se genera entre etnias, es de tipo dominación subordinación, donde claro esta que quiénes demostraban y poseían la superioridad numérica y legal eran los blancos, puesto que a los negros no se les consideraba como ciudadanos y según Philippe Bourgois, esta situación les impedía promulgarse socialmente por temor a ser deportados.

Esta situación no limitó el relacionamiento efectivo entre ambos grupos, posibilitando un enriquecimiento cultural bilateral, que termina por ser aceptado dentro del  proyecto gubernamental.

Sin embargo la integración de los afrocaribeños es paulatina y no es sino hasta la década de 1950 en adelante donde se les reconocerá como ciudadanos y se les integrará al resto del país, proceso que todavía continúa y batalla con el rechazo y la discriminación por parte de muchos.

Comentarios Finales

El contacto entre las poblaciones del Valle Central y del Caribe se da en la relación dominación – subordinación, donde los blancos desarrollarán una hegemonía desde el punto de vista numérico y teórico; la misma se verá fortalecida por el establecimiento de leyes de regulación migratoria para con los trabajadores negros.

El aislamiento entre grupos posibilito que se generaran perspectivas de prejuzgamiento hacia la otredad, particularmente por parte de los blancos, los cuales a través de la prensa, revistas e incluso comentarios de políticos y demás figuras publicas, trasmitieron dichas ideas a la población blanca Vallecentralina.

La integración se ha dada de manera paulatina, posibilitándose una relativa negociación de los espacios de interacción étnica, dándose un proceso bilateral de enriquecimiento cultural.

     
Bibliografía

Alvarenga Patricia (I998) “La identidad amenazada: Los costarricenses ante la migración nicaragüense” en Memoria: Política, cultura y sociedad en Centroamérica. Siglos XVIII-XX. Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, Managua, pág. 63-70.

Bourgois Philippe (1994) “Banano, etnia y lucha social en Centroamérica” Editorial DEI, San José.

Cruz Yolanda (1999) “Indianidad y negritud en el Repertorio Americano” EUNA, Heredia.

Duncan Quince y Meléndez (1974) “El negro en Costa Rica” ECR, San Jóse.

Grimson Alejandro (2000) “ Introducción ¿Fronteras políticas versus fronteras culturales”, Ediciones CICCUS, Buenos Aires.

Martínez Roger (1993) “La identidad Cultural Limonense” En Cuadernos de Historia II, Centro de Estudios Generales UNA, EUNA, Heredia


1 Alvarenga Patricia (1998) “Memoria Política: Cultura y sociedad en Centroamérica, siglo XVIII-XX” Instituto de Historia en Nicaragua y Costa Rica, Managua. Pag 65.

2 Idem. Pag 67

3 Idem. Pag 63

4 Grimson Alejandro (ed). (2000) “Fronteras, naciones e identidades. La periferia como centro”. Editorial  CICCUS , Buenos Aires, Pag 20

5 Idem. Pag 20

[1] Ducan Quince (1974) “El negro en Costa Rica, ECR, San Jóse. pág 60

[2] Murillo, Carmen (1999) “Vaivén de arraigos y desarraigos: identidad afrocarobeñas en Costa Rica 1870-1940” En Revista de Historia # 39, pág 199

[3] Cruz Yolanda (1999) “Indianidad y negritud en el Repertorio Americano” EUNA, Heredia. Pág. 132

[4] Idem Pág. 133

[5] Bourgois Philippe (1994) Banano, etnia y lucha social en Centroamérica” Editorial DEI, San José. Pág.140