Actualmente Costa Rica experimenta un nivel de violencia y delincuencia muy preocupante. Sin embargo, el mayor representante del gobierno de turno como califica este asunto como problema entre bandas y que se resolverá de forma automática como parte de una especie de “ajuste de cuentas” entre ellos. Sin embargo, esta afirmación, además de peligrosa e irresponsable, invisibiliza las causas reales de la situación y sus serias consecuencias sociales.
De acuerdo con una noticia de la DW de setiembre del 2023, "Costa Rica acumula 655 homicidios en lo que va de 2023, con lo que este ya es el año más violento en la historia del país centroamericano al superar los 654 que se contabilizaron en todo 2022" de según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ)
Son muchos los casos de familias que han perdido un ser querido en este “fuego cruzado”, y la tensión y violencia continúa acumulándose. Sin embargo, este asunto, a pesar del discurso populista, no se resuelve solo con más policías en las calles, ya que es un tema estructural que hace falta acometer de forma contundente.
Es necesario revisar de los mecanismos de justicia pronta y cumplida, el sistema de penas, pero también es necesario trabajar en la prevención del delito. En este sentido, como es bien conocido. la educación es clave, pero también contar con una institucionalidad democrática robusta que promueva los derechos y obligaciones de sus ciudadanos.
El estado debe procurar que las personas cuenten con fuentes de empleo y trabajo honesta y con salarios dignos, pues de lo contrario el tema de la violencia, narcotráfico y delincuencia no podrá ser solucionado. Esta premisa ha sido olvidada por muchos gobiernos o bien abordada solo durante la campaña política y luego es dejada en el cajón de tareas pendientes.
En todo este proceso, las familias tienen también un enorme papel pues es el hogar donde inician muchos problemas y situaciones que se pueden evitar. En este sentido, educar y practicar valores y principios es fundamental, así como contar con un referente espiritual o ético que guie a las personas.
Por lo tanto, como ciudadanos debemos trabajar y exigir por a nuestras autoridades, democráticamente electas, crear oportunidades reales de desarrollo, cuida la educación y salud pública y promover el principio de justicia pronta y cumplida. Urge que vuelva la paz, estabilidad y tranquilidad a nuestra querida Costa Rica para poder seguir adelante con esperanza y optimismo en el mañana.
Cátedra de Historia de la UNED.