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     En este mes se recopila un valioso artículo realizado por titulado: La recién pasada elección de alcaldes municipales escrito por MSc. Alonso Rodríguez Chaves y publicado por periódico digital El Mundo.cr en el marzo del 2020. Recomendamos su lectura e intercambio para hacer reflexión sobre la situación experimentada en las últimas elecciones municipales.

     En los regímenes políticos ha sido vital la participación convenida y organizada de los ciudadanos para la construcción de un efectivo y legítimo sistema democrático. Principalmente, la estrecha y sincera convergencia del ciudadano y de los grupos políticos ha constituido una fórmula perfecta, para dar respuesta exitosa a las inquietudes y problemas que aquejan a la población.

     Por consiguiente, no es casualidad, que Costa Rica haya destacado por su notable trayectoria democrática. En tanto, desde la  segunda mitad del siglo XX, el diálogo constituyó, un medio extraordinario, para solucionar muchos problemas de la vida nacional.  Empero, diferentes sectores históricos antagónicos tuvieron la posibilidad de negociar y lograr acuerdos duraderos e integrales. Así venidos de varios sectores, se pudo acabar con diferentes conflictos y hasta de interminables “crisis”.

     Con ese espíritu, la consolidación de gobiernos civiles electos democráticamente, ayudó a fortalecer la institucionalidad del Estado de Bienestar, cimentado en el loable principio de la equidad y el bien común. Por consiguiente, el país se encaminó en la senda de avances trascendentales, en el plano humano y seguridad social; que permitieron consolidar un régimen democrático, el cual por su accionar, ahondó en la movilidad socio-económica de grupos y comunidades históricamente desasistidas

     Visto así, la democracia se configuró en uno de los rasgos más convincentes y valiosos de la esencia y vitalidad del Estado costarricense. Sin embargo, estas loables condiciones se han venido deteriorando ante la deficiente gobernabilidad, el descontento público, el cinismo político, las promesas incumplidas, la impunidad, el amiguismo, la inexperiencia y los innumerables casos de corrupción en los que se han visto cuestionados y hasta judicializados políticos y personas influyentes.

     Resultado de este cúmulo de situaciones, la insatisfacción y apatía de los ciudadanos no se dejó esperar y se notó gran desgano en participar de manera activa y como votante en el recién pasado proceso electoral municipal en los se eligieron alcaldes y otros puestos de elección popular. Más aún, la caterva de postulantes a alcaldes cuestionados, en la mira de la Fiscalía General  y la Contraloría General, con sentencias judiciales y hasta con rastros de exconvictos, se tornaron en elementos que incidieron en la decisión de no ir a votar.

     Sin duda, el desencanto de los ciudadanos en la acción gubernativa local y en las diversas “estructuras” políticas que se han venido configurando en algunas municipalidades, ha adquirido una alta carga emocional, que puso a titubear a la gran mayoría del electorado sobre la utilidad del sufragio.

     En razón, el pasado proceso electoral municipal, no fue complejo ni el más importante de la historia, como algunos lo indicaron. Por el contrario, fue uno más donde quedó de manifiesto el nivel de frustración, fastidio y rechazo que profundiza el electorado, por los estilos y estructuras políticas populistas.

     En virtud de lo anterior, desde la reforma al código municipal acontecida en 1998, la figura del alcalde en otrora el Ejecutivo Municipal, pasó a convertirse en un puesto sumamente apetecido. Atrás quedaron los Ejecutivos Municipales que hasta en algunos casos ni salario tenían o pretendían, pues todo giraba solo en servir a la patria y la comunidad donde vivían.

     Así escudriñando la historia, se encontraba mayor rigurosidad y exigencia a las personas para ocupar puestos municipales en otras épocas. Máxime, se daba atención especial,  a la ingente honorabilidad y candidez moral que podían garantizar y demostrar a lo largo de sus vidas.

     Era común encontrar en puestos de alto nivel municipal a vecinos voluntariosos, de sumo respeto, de alta estima y consideración por la comunidad; que más que todo valoraban la “buena conducta” y sensibilidad por lo que solía ocurrir a sus vecinos.

*Msc. Alonso Rodríguez Chaves. Cátedra de Historia UNED

 

Fuente citada

 La recién pasada elección de alcaldes municipales. Publicado el 30 de marzo del 2020. Disponible en https://www.elmundo.cr/opinion/la-recien-pasada-eleccion-de-alcaldes-municipales/ Fecha de consulta 26 de abril. del 2020.