En esta época al caminar por las ciudades y mirar la television el bombardeo de la publicidad y de los comercios es simplemente apabullante. Se invirtien grandes cantidades de dinero en propaganda, a fin de atraer a los consumidores tanto grandes como chicos. En este frenecí se ofreen los ultimos avances tecnológicos, juegos electrónicos, ropa, perfuemes y juguetes tan sofisticados y caros que rosan en la locura. Este tendencia hiperconsumista se acrecenta con el uso de dinero plástico y las facilidades de compra, permiten saturar los hogares con toda diversidad de objetos, a paratos e incluso autos nuevos. El resultado de este proceso es la perdida del significado de la Navidad o bien su sustitución por significados y simbolos enajenantes.
Para los creyentes en esta ápoca de Navidad se celebra el nacimiento de Jesús, el Salvador, el anunciado en las escrituras, esa verdad fundamental de nuestra reconciliación. No es simplemente un hecho que ha quedado en el pasado, sino también un acontecimiento al mismo tiempo histórico y trascendental que, ocurrido hace poco más de dos mil años, se despliega con la fuerza de su gracia vivificante a través del tiempo; bajo la premisa que “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre” que veno a dar su vida para que fuesemos salvos y pudieramos disfrurtar de todas las bondades que Dios ha preparado para sus hijos.
Esta fecha llena de valor, pues es un recordatorio de la venida y presencia de Dios con nosotros, el "Emmanuel" esperado por los siglos, de quien no nos separa ninguna barrera, por lo que la Navidad es la celebración de la venida de aquel que siendo rico se hace pobre para enriquecernos con su pobreza, del Salvador esperado por todos los tiempos, de la alegría del justo porque se acerca su recompensa, del consuelo del pecador porque se acerca su perdón; es decir es un tiempo donde renace la fe, la esperanza y del amor.
La historia de Jesus es realmente, llamativa pues nace en un pesebre, rodeado del calor y amor de sus padres y el reconocimiento de la humanidad. Sin embargo, hoy en día lejos de meditar en este significado, nos lanzamos a las calles y a los comercios a realizar un consumo desmedido y sin control, gastando muchas veces más allá de nuestras capacidades económicas con el fin de demostrar a quienes nos rodean una imagen muchas veces distorcionada de nuestra realidad. Muchas veces olvidándonos de los más necesitados, que carecen de un abrigo o un poco de alimento, pues en nuestro egoismo humano pensamos solamente en nuestro bienestar y el de nuestros seres queridos.
Hace unas décadas atrás esta época se celebraba muy diferente, pues se incentivaba la visita a vecinos y serres queridos, y se realizaban tradiciones tan hermosas como la elaboración de los tamales en familia, el preparar la cena de Navidad, y la ansiada espera del regalo de navidad, el cual se espera a lo larogo del todo el año.. Hoy es posible consumir durante el año ciertos productos que antes era inimaginable como manzanas, uvas, peras y tamales, por enumerar algunos; lo ha disminuido parte de la emoción y magia de estas fechas.
En aquellos tiempos se tranmitían las famosas corridas de toros hasta aproximadamente las cinco de la tarde, pues no habían los avances tecnológicos actuales para que las emisoras siguieran trasmitiendo. En definitva era un tiempo de muchas limitaciones pero donde se valoraba y aprovecahba cada detalle y cada momento. Sin embargo, hoy muchas veces pese a las facilidades de comunicación, postergarmos el compartir en familia, justificandonos constantemente que debemos hacer muchas cosas a la vez.
Por estos motivos, estas fechas es una gran oportunidad para reflexionar acerca del verdadero significado de la Navidad, y dedicar tiempo de calidad a nuestra familia y seres queridos, sin olvidar a los más necesitados, los cuales en muchos casos se encuentran en nuestras comunidades y barios. Ojalá que estas fiestas no deben pasar sin dar gracias por todas las bendiciones que tenemos, las cuales en muchas ocasiones damos por hecho la vida, la salud, el alimento, el trabajo, la paz y libertad.
Estos son los deseos de la
Catedra de Historia de la UNED