Elaborado por M.Sc. Alberto E. Rojas Vásquez*
A continuación, se ofrecen algunos de ellos hallazgos derivados de las investigaciones que actualmente se están generando. Es necesario aclarar que este texto, constituye solamente un avance, por lo que en próximas entregas se ofrecerá mayores detalles al respecto.
El modo de vida rural descrito prevaleció y se perpetuó como elemento fundamental en el desarrollo socioeconómico nacional hasta 1950. Pero fue a partir de esta fecha, que la riqueza proveniente de las actividades agropecuarias fruto del quehacer diario del campesino empieza a modificarse por los nuevos derroteros del desarrollo socioeconómico dictados por los gobiernos de turno y la influencia mundial.
De acuerdo con Delgado (1992, p.p. 35-39), el Estado asume un papel protagónico en la vida económica y social, primordialmente por las repercusiones que trajo la guerra civil de 1948 y la incorporación de una nueva legislación social que vino a regular el orden institucional y administrativo del accionar estatal en áreas primordiales como la banca, vivienda, colonización de tierras, derechos laborales, educación, salud, gobiernos locales y producción agropecuaria entre otros.
De manera aparejada con la modernización estatal concurren otros problemas como el crecimiento de la burocracia y el asistencialismo[1] del sector público. Por tanto, esta filosofía de los gobiernos de turno se extenderá de 1950 hasta 1980, por cuanto se fomentó la “…proliferación de entidades públicas y el crecimiento del Estado se explica por el imperativo de las clases dominantes nacionales de responder de manera positiva e inmediata a las demandas de las mayorías nacionales.” (Delgado, 1992, p.36).
El tema agropecuario y las necesidades del campesino como falta de suelos cultivables, poco apoyo crediticio, obtención de semillas de calidad, abonos, tecnología para acabar con plagas y abastecimiento de agro insumos, se trasladó al MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería creada en 1949) y al ITCO[2] (Instituto de Tierras y Colonización en 1960). Esta última tuvo como fin la distribución de predios para el cultivo y colonización agrícola de cientos de familias campesinas. Delgado (1992) sostiene que el ITCO desde su origen y por distintas razones no logró resolver a cabalidad los problemas del campesino, de ahí que evoluciona y pasa a llamarse Instituto de Desarrollo Agrario en 1982. Pero fueron infructuosas sus objetivos, ya que
“…pretendía atenuar las contradicciones sociales que surgiesen en el agro e impulsar el capitalismo agrario. No obstante, desde su origen tiene que afrontar las exigencias de las organizaciones formales o espontáneas de los productores agrícolas, por tierra, asesoría y recursos, esta institución no logró resolver a cabalidad los problemas del campesinado.” (Delgado, 1992, p.43)
Las urgentes necesidades arrastradas por el campesino trataron de ser atendidas con programas de créditos agrícolas de distintas instituciones financieras del Estado y el apoyo del MAG.
Por su parte se fomentó la conformación de asociaciones de desarrollo y cooperativas para apoyar a pequeño y mediano productor, lo cual venía dándose desde 1940, pero se consolida en 1968, con la promulgación de la Ley de Asociaciones Cooperativas(N° 4179)y en 1973 se crea el Instituto nacional de Fomento Cooperativo ( INFOCOOP) órgano encargado de “…fomentar, promover, divulgar y apoyar el cooperativismo nacional, “como medio efectivo y real para generar desarrollo y bienestar social del pueblo costarricense y reafirmar las institucionalidad democrática del país.”( Quesada & et al, 2004, p.69).
Pero con grandes críticas como expresa Delgado (1992, p.p.45-46) las cooperativas han servido para satisfacer objetivos muy distintos y hasta contradictorios puesto que través de ellas, se ha usado para evadir responsabilidades públicas y obtener jugosos beneficios al explotar bienes y servicios de vital importancia para las mayorías. Pero a pesar de ellos, ha permitido la organización de pequeños productores, artesanos, industriales y comerciantes, así como el estímulo al ahorro, crédito e inversión.
El personaje del campesino en la segunda mitad del siglo XX debe asumir un rol preponderante en la vida familiar y comunal de su pueblo, puesto que para obtener lo necesario para arrancar de la tierra sus frutos, ahora debe implementar las tecnologías del momento y mezclarla con la sabiduría heredados de sus ancestros. La nueva praxis rural imperante exige labrar la tierra con mayor intensidad, lidiar con precios oscilantes de sus cultivos, la crisis de los ochenta y una sociedad que culturalmente está cambiando los patrones de vida de las nuevas generaciones.
El proceso de modernización del agro costarricense que arrancó en la década de 1960 supuso un impacto profundo en la vida del campesino. Fueron cuatro factores según Molina & González (2016, p.p. 229-231) que mayormente influyeron en la vida rural.
En primer lugar, la limitación por el fin de la frontera agrícola lo que restringió al pequeño productor y solo favoreció a la expansión de grandes actividades agrícolas ya establecidas y en manos privadas (banano, café, ganado) lo que a la postre impulsó la proletarización y llegada de migrantes extranjeros.
En segundo lugar, la diversificación agrícola que introdujo con mayor medida la caña de azúcar, la carne, la piña y otros cultivos como las plantas ornamentales, destinados al mercado externo e interno cambia el paisaje productivo. En tercer lugar, el beneficio de la tecnificación agrícola como nuevas maquinarias implicó una menor demanda de mano de obra y aumento de la migración del campo a la ciudad; así como el consumo de abonos para incrementar la productividad (Revolución Verde[3]), sin embargo, no todos tienen los mismos recursos para acceder a ellos lo que provocó desigualdad entre pequeños y grandes productores.
Y finalmente, el cuarto factor la descampesinización[4], la cual nace acorde con el abandono del campo, es decir, el campesino va dejando atrás el estrecho vínculo creado con la tierra, la cultura y las costumbres. Implica “…la erosión de una forma de vida agraria que combina la producción agrícola de subsistencia y de mercancías con una organización social interna basada en el trabajo familiar y el asentamiento de la comunidad del pueblo.” (Solorza, 2022, p. 34).
Este fenómeno generó en Costa Rica una disminución de la población campesina debido a factores tales como: la expansión de la actividad ganadero-turística, la urbanización en zonas tradicionalmente agrícolas, las opciones de trabajo no agrícola, de ascenso social(estudio) y el encarecimiento de la tierra, junto con un aumento de la población que ha requerido de mayores servicios públicos y privados, dando como resultado que un gran porcentaje de las nuevas generaciones opten por una vida urbana no campesina.
Por otro lado, indica Carmona (1997), que “…la descampesinización da lugar al nacimiento del proletariado agrícola; con un mayor o menor grado de violencia es arrancado de la tierra y este fenómeno está íntimamente relacionado con el proceso de acumulación de capital”. (p.205). Esto significa que los que decidieron mantenerse bajo un estilo de vida dependiente del campo, se convirtieron en mano de obra barata(peón) en las grandes explotaciones agropecuarias y acoplarse a los vaivenes del mercado mundial en cuanto a precios agrícolas o insumos se refiere.
Cortesía de Juan Vicente Gerardo González Vásquez,
seudónimo: Vince González, pintor palmareño
En conclusión, la vida rural en la segunda mitad del siglo XX y específicamente el modo de vida campesina que veía la riqueza y el trabajo unido a un pedazo de tierra que otrora daba la pujanza indispensable que permitía cargar con productos las carretas de bueyes y camiones hacia los puertos y mercados de las ciudades principales, comienza a perder vigencia. Ahora quedan rastros en pocos lugares o alejados del Valle Central que han tenido que combinar las actividades con otras como el turismo o reinventarse con nuevas tecnologías. Las familias campesinas ven en el crecimiento del sector profesional, obrero y artesanal las oportunidades para el desarrollo, todo en detrimento de la vida tradicional y sosegada del labriego.
Desde la posición de León (2012), indica que:
La economía rural fue, durante el siglo XX, la principal creadora de empleo, ingresos y exportaciones de la economía nacional. Los excedentes de ingresos no utilizados en el sector rural se reinvirtieron en la economía urbana, potenciando la capacidad de crecimiento de esta y sentando la base de la economía nacional actual que, sin dejar de tener un elemento rural, fue cada vez más una economía urbana basada en servicios e industrias. (p.19)
Con respecto a lo explicado, el aporte rural a la sociedad costarricense a finales del siglo XX es indiscutible porque fue la base para la subsistencia de una mayoría de sus habitantes y como generadora de riqueza; empero, se evidenciaron síntomas que prescribían su decadencia. Diversos factores internos y externos como las crisis mundiales (económicas e ideológicas), adopción de modelos de desarrollo apoyado en la industria y la influencia de la globalización, coadyubaron a que la dependencia a un estilo de vida netamente agrario para una población creciente y más educada fuese vista como anticuada, poco moderna y débil económicamente, esto si se compara con la opción del emprendedurísmo y la formación técnica universitaria los cuales tuvieron el apoyo estatal y familiar en el siguiente siglo.
*M.Sc. Alberto E. Rojas Vásquez. Profesor e investigador Cátedra de Historia de la Cultura-UNED. Correo electrónico:
Bibliografía Consultada
- Acuña, V. & Molina, I. (1991) Historia Económica y Social de Costa Rica (1750-1950) Sam José, Costa Rica, Editorial Porvenir S.A.
-Alfaro, A. & Badilla, M. (2010) Apuntes sobre la trayectoria del tabaco en el cantón de Palmares. En: Revista Herencia Vol. 23 (1), 113-127, 2010.San José, C.R.
-Alfaro, A. & Badilla, M. (2010) La Historia del tabaco en Palmares: una aproximación desde la oralidad, II parte. En: Revista Herencia Vol. 23 (2), 55-71, 2010. San José, C.R.
-Badilla, M.(2013) Trayectoria histórica de la estructura productiva del cantón de Palmares, Alajuela, Costa Rica. (1940- 2000) En: InterSedes: Revista de las Sedes Regionales, vol. XIV, núm. 27, 2013, pp. 51-65 Universidad de Costa Rica, Costa Rica. Recuperado: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=66627452003.
-Carmona, J. (1997) Las Transformaciones de las Estructuras Agrarias y Agrícolas en México. En: Economía y Sociedad, ISSN 1870-414X, Vol. 2, Nº. 3 (Economía Agrícola de Michoacán), p.p. 1991-211. Tomado: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5615780
-Contreras, R. (2021) Recampezinizar el futuro. La alternativa campesina ante el colapso del sistema agroalimentario global. UNAM, México En: perspectivas Rurales. Vol.19, n 37, Enero-Junio, 2021, pp. 1-22.
-Edelman, M. (2022) ¿Qué es un campesino? ¿Qué son los campesinados? Un breve documento sobre cuestiones de definición. En: Revista Colombiana de Antropología. vol.58 no.1 Bogotá, Enero -Abril, 2022. Tomado de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0486-65252022000100153 24/10/2023
-Delgado, J. (1992) Costa Rica: Régimen Político (1950-1980). Nuestra Historia. Fascículo 19. San José, Costa Rica. Editorial de la Universidad Estatal a Distancia.
-Ramírez, V. & Quesada, J. (1990) Evolución histórica de los cantones de Osa, Golfito, Corredores y Coto Brus. San José, C. R. Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes. Proyecto de Investigación y promoción de la Cultura Popular y tradicional del Pacífico Sur- MCJD-OEA
- Samper, M. y González, H. (2020) “Caracterización de los espacios rurales en Costa Rica y propuestas de alternativas metodológicas para su medición”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/131; LC/MEX/TS.2020/33), Ciudad de México, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Impreso en Naciones Unidas, Ciudad de México. Obtenido de: https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/5722aadc-9fa7-4e1c-8c8a-77cc054d9525/content.
-Solorza, N. (2022) Procesos de descampesinización en la zona rural del municipio de Guasca Cundinamarca, Vereda Santa Bárbara. Trabajo de grado presentado como requisito para optar al título de magíster en Desarrollo Rural. Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Estudios Ambientales y rurales, Maestría en desarrollo rural Bogotá, Colombia. Recuperado: https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/59771/Tesis%2C%20Nelson%20Fabian%20Solorza%20Barrera%2C%20Maestria%20en%20Desarrollo%20Rural%20%284%29.pdf?sequence=1&isAllowed=
[1] Este concepto se relaciona con el Paternalismo o Intervencionismo estatal, el cual atribuye una función al Estado como buen padre de familia, de velar por la satisfacción de las demandas socioeconómicas de sus habitantes. Y estos a su vez se ven dependientes del Estado como empleador y vigilante de los derechos del ciudadano.
[2] En 1982, según la Ley N°6735 se cambió por el IDA (Instituto de Desarrollo Agrario), pero en el año 2012 recibió una transformación jurídica llamándose ahora como INDER (Instituto de Desarrollo Rural).
[3] La Revolución Verde se refiere al incremento de la producción agrícola que se dio partir de 1950, como consecuencia del empleo de técnicas de producción modernas, basadas en la selección genética y la explotación intensiva, permitida por el regadío y fundamentada en la utilización masiva de fertilizantes, pesticidas y herbicidas y en el uso de maquinaria pesada. ( Badilla, 2013: p.53)
[4] Proceso de reacomodo de la población rural que por distintas razones disminuye al adquirir nuevos modos de subsistencia, generalmente en las áreas urbanas. Este desplazamiento de la población rural en ocasiones obliga al campesino a migrar en busca de otras regiones rurales antes de abandonar definitivamente la actividad agrícola como forma de subsistencia.