Por Sebastián Picado Robles*
La Revolución Industrial fue un evento que transformó para siempre la rutina de la población británica del siglo XVIII y, más tarde, la del resto del mundo. Hoy en día no existe ningún tipo de discusión historiográfica acerca de su lugar de origen, Inglaterra, sin embargo, sí existen una serie de incógnitas acerca del por qué surge ahí, en ese preciso siglo, y no en otros sectores de Europa. Por lo anterior, el presente ensayo propone dar una respuesta a la siguiente pregunta: ¿Por qué la Revolución Industrial surge en la Inglaterra del siglo XVIII y no en otras regiones europeas como Francia u Holanda? Para responder a dicha pregunta se expondrán las principales ventajas que tenía Inglaterra para el surgimiento de la industrialización, que aspectos caracterizaron dicho proceso y se comparará con el caso francés y holandés, que fueron sus competidores directos y que también reunían suficientes características para el surgimiento de una posible industrialización.
La excepcionalidad del caso británico
El origen de la industrialización en Inglaterra no fue casualidad ni suerte, verdaderamente era el territorio que cumplía con todos los requisitos para el comienzo de la industrialización, sólo era cuestión de tiempo para que esta sucediera. Ya desde 1750 había importantes factores que, en conjunto, conformaban una base importante para el comienzo de la Revolución Industrial. En primer lugar, se destaca el abandono de la agricultura de subsistencia en zonas extensas de Inglaterra, pasando a un modelo de agricultura comercial, que involucraba innovación de técnicas y una mayor productividad.
El nuevo modelo permitió acumular el excedente necesario para inversiones en equipos no muy costosos, excedente que se encontraba en manos de quienes deseaban invertir. Otro aspecto clave fue que Inglaterra no solo era una economía de mercado, más bien constituía todo un mercado nacional, además, poseía un extenso sector manufacturero altamente desarrollado (Hobsbawm, 1977, pp. 37-39). Sumado a los anteriores factores, existen tres pilares que catapultaron el inicio de la industrialización británica: constitución de un importante mercado interior, el crecimiento exponencial del mercado exterior y un gobierno que estaba dispuesto a subordinar toda su política exterior a fines económicos.
El mercado interior inglés crecía mediante tres maneras: crecimiento de la población, monetización de la economía, incremento de la renta per cápita y la sustitución de formas anticuadas de manufactura, y productos importados, por artículos producidos industrialmente. El crecimiento poblacional entre 1740 y 1780 hicieron crecer este mercado exponencialmente, al igual que el crecimiento de la renta de la población británica; importante aclarar que el crecimiento poblacional coincide con la Revolución Industrial, pero no la precede, entonces por sí sola no explica este evento.
Respecto a la renta per cápita, los salarios de los ingleses eran bastante altos en comparación con el resto de los territorios europeos, y fueron resultado de dos importantes factores: el crecimiento exponencial de la economía exterior y la abundancia y disponibilidad del carbón, que se tradujo en un acceso barato a este, especialmente en ciudades cercanas a las minas. Estos altos salarios se tradujeron en un mayor acceso a productos por parte de los trabajadores, especialmente comida, lo que lograba trabajadores muchísimo más productivos y demandantes que sus contrapartes (Allen, 2011, pp. 364-367).
Los aportes del mercado interior son sumamente destacables, especialmente cuando se habla de mejoras sustanciales del transporte. A principios del XVIII, debido la creciente demanda urbana de alimentos y combustible, habrá importantes avances en el desplazamiento por ríos, canales y carreteras con el fin de disminuir costos del transporte de superficie. Los anteriores aspectos tal vez no proporcionaron la chispa para la revolución, pero si dejaron la base para una economía industrial generalizada.
Respecto al mercado exterior, este trabajaba en condiciones más distintas y potencialmente más revolucionarias que el interior. Las industrias de este sector se extendieron más y con mayor rapidez que las del mercado interior, por ejemplo, entre 1700 y 1750 la producción del interior aumentó hasta 7%, pequeño si se le compara con el 76% de las industrias del mercado exterior. Este mercado podía crecer exponencialmente gracias a dos factores: control del mercado de exportación y la destrucción del mercado interior de otras regiones. Entonces, el crecimiento de este mercado respondía a tres medios: la guerra, la colonización y la monopolización de los mercados de exportación, sin embargo, para llevar a cabo la ejecución de estos medios era necesario un gobierno dispuesto a financiarlos.
El gobierno británico, a diferencia del francés, estuvo dispuesto a subordinar toda la política exterior con fines económicos, entonces, sus objetivos bélicos eran prácticamente comerciales. Como resultado de las guerras enfrentadas del siglo XVIII, Inglaterra se hace con los monopolios virtuales de las colonias ultramarinas y el poder naval a nivel mundial. Así que la guerra, al contrario de la paz, incrementaba las exportaciones gracias al desmantelamiento de los competidores europeos. Las guerras que luchaba Inglaterra, contra sus principales rivales, se realizaban fuera de su territorio, de esta manera evitaron la destrucción y quebrantamiento de la vida civil (Chaves, 2004, p. 102).
Algodón y su protagonismo
Hablar del proceso de industrialización británico y no mencionar al algodón sería un enorme error, pues, aunque no explica la Revolución Industrial por sí sólo, fue el producto protagonista de los primeros procesos mecanizados y del nacimiento de la fábrica. El éxito del algodón no se debió a que fuera un producto diferenciador, porque el resto de las potencias europeas también comerciaban productos textiles, sino debido a la monopolización de los mercados coloniales que realizó el imperio británico. Su producción, sumada a aspectos como la alta demanda y la innovación tecnológica, se tradujo, más tarde, en una mecanización de su producción y del nacimiento de una estructura comercial descentralizada y desintegrada, la cual estuvo conformada por las famosas fábricas.
La ventaja que tuvo el algodón, como producto protagonista de industrialización, se debió gracias a lo sencillez de su proceso y lo barato que fue obtener resultados transformadores. Además, no se necesitaba una tecnología complicada, pues con los telares era suficiente, asimismo, podía comenzar con pequeños telares e ir creciendo poco a poco hasta obtener una gran producción.
¿Por qué estos cambios se dan durante el siglo XVIII?
Los anteriores factores, que causan en conjunto la Revolución Industrial, surgen, en su mayoría, durante el siglo XVIII, algo que no fue casualidad y que se explica gracias a importantes cambios en el contexto de la región, pues el modelo tradicional de la expansión europea había cambiado, los comerciantes italianos y los conquistadores españoles y portugueses ya no eran los protagonistas, ahora los nuevos centros de expansión marítima serían los Estados que bordeaban el Mar del Norte y el Atlántico Norte; esta modificación fue tanto geográfica como estructural. El nuevo modelo establecía relaciones entre zonas ¨adelantadas¨ y el resto del mundo y tendió a intensificar los flujos del comercio. Este nuevo modelo se basaba en tres pilares: la composición de un mercado de productos ultramarinos de uso diario, el establecimiento de sistemas económicos con el propósito de producir estos artículos y la conquista de colonias para asegurar los beneficios económicos de los propietarios europeos (Hobsbawm, 1977, p. 50).
¿Por qué Inglaterra y no Francia?
Ya desde 1540 a 1640 Inglaterra poseía una ventaja, en términos económicos, sobre su principal rival: Francia. Poseía una mayor producción minera y una mayor producción per cápita en bienes como la lana y el vidrio. Pero, será a partir de 1640 que se empezará a ensanchar esa brecha que dejará sin posibilidades a Francia de ser el primer territorio en industrializarse. Se debe aclarar que, a pesar de las diferencias, Francia era una economía pujante, pero desde la década de 1630 comenzó una crisis que se extendería hasta 1670. Durante este periodo hubo una extrema inestabilidad: hubo crisis económicas y demográficas frecuentes y violentas, escasez monetaria, paralización de la actividad empresarial, la caída de los alquileres y las ganancias industriales, desempleo y pobreza extrema. Colbert intentaría detener esta crisis mediante su política industrial, pero las condiciones de deflación, caída de los precios, caída de ingresos y del consumo, se tradujo en un intento fallido (Crouzet, 2017, pp. 141-145).
A final del periodo de Luis XIV la economía francesa parecía mostrar signos de recuperación, sin embargo, las constantes guerras y hambrunas frenaron cualquier despegue económico. Sí, Inglaterra era parte de la economía europea, hubo periodos de adversidad económica y crisis en la industria del algodón, pero es imposible compararlo con el caso francés. Además, en Inglaterra, la caída de precios fue menos violenta, al igual que las fluctuaciones en la economía, sumado a un incremento, aunque lento, en la producción industrial, la agricultura y su población. Ya en 1700 se hacían notar importantes diferencias entre Francia e Inglaterra, por ejemplo, el comercio exterior generaba hasta nueve millones de euros en Francia y trece en Inglaterra, bajo la misma línea, el consumo de algodón fue de 0.5 millones de libras para los galos y 1.1 para los británicos (Crafts, 1977, p. 439).
Otro factor clave para explicar la ventaja inglesa es la desigualdad que existía en Francia en comparación con Inglaterra. Entre un 20% y un 30% más pobre de la población francesa no recibía suficiente comida, lo que se traducía en que los trabajadores solo pudieran trabajar un par de horas. Lo anterior significó que la productividad inglesa fuera mucho más grande, pues estos consumían hasta un 17% más de calorías que los franceses. Este mayor acceso a la comida de los británicos se explica gracias a la Old Poor Law, la cual fue la antigua legislación de asistencia social de Inglaterra para proporcionar apoyo a las personas con necesidades. Entonces, la legislación inglesa de asistencia social significó trabajadores más productivos y un aumento indirecto del salario que se tradujo en una mayor demanda de productos industriales (Voigtländer & Hans-Joachim, 2006, p. 323).
La superioridad inglesa ya era clara en la primera década del siglo XVIII, la cual se reflejaba en campos como: la agricultura (mayor tecnología y productividad), la industria tecnológica (innovaciones tempranas resultados del uso del carbón como combustible), el sector comercial (mayor volumen de comercio, mayor flota comercial y mayor acumulación de capital) y el campo financiero (establecimiento de una deuda nacional y fundación del Banco de Inglaterra) (Crouzet, 2017, pp. 141-145; Chaves, 2004, p. 102). La batalla estaba decidida, a partir de inicios del siglo XVIII Francia comienza a crecer, sin embargo, ya era demasiado tarde, Inglaterra le superaba en la mayoría de los campos, mientras Inglaterra poseía un crecimiento sostenido de hasta 200 años, Francia apenas lleva alrededor de 50 años de crecimiento.
La riqueza holandesa tampoco fue suficiente
¿Por qué la Revolución Industrial sucede en Inglaterra y no en Holanda?, territorio más rico per cápita de Europa, con sofisticados mercados de trabajo y capital, alto grado de monetización de la economía, educación avanzada, agricultura orientada al comercio y altos índices de urbanización y comercialización. Uno de los pilares del Siglo de Oro neerlandés era la innovación tecnológica, la cual parece haberse agotado alrededor de 1650, generalmente a raíz de bloqueos de grupos de interés especiales y coaliciones de distribución, como gremios, organizaciones informales de empleados y regulaciones gubernamentales locales.
En cambio, para el caso inglés, los ingenieros y técnicos británicos jugaron un papel crucial al convencer a los empresarios de que la adopción de las nuevas tecnologías les permitiría obtener beneficios económicos significativos. Los ingleses tuvieron éxito gracias a su contexto social, pues tenía un sistema de derechos de propiedad bien definido y protegido por la ley, sumado a menores trabas y regulaciones a la actividad económica, lo cual fomentó la inversión y la innovación (Palmero, 2022, p. 16). Contrario al caso británico, debido a su sistema de gobierno caracterísitco del Antiguo Régimen, Holanda poseía reglas fiscales arcaicas, gremios tecnológicamente reaccionarios, una enorme deuda pública y sistemas jurídicos obsoletos de gobierno local, uso de la tierra y derechos de propiedad (Mokyr, 2000, p. 510). Lo anterior, sumado al contexto de guerras en Europa, significará un atraso enorme en las inversiones e innovaciones tecnológicas, lo cual quita la posibilidad de despegar al territorio más rico de Europa per cápita y causando, inclusive, una industrialización tardía.
Mediante el panorama anterior, es posible responder a la pregunta planteada por este ensayo. En primer lugar, la Revolución Industrial tiene su origen en Inglaterra debido a una combinación excepcional de características, tales como: agricultura comercial, acumulación de excedente, sector manufacturero desarrollado, constitución de un importante mercado interior, el crecimiento exponencial del mercado exterior, mejoras sustanciales del transporte, colonización de territorios, monopolización del mercado, victorias en sus guerras, apoyo de un sistema de gobierno moderno y las ventajas que ofrecía el algodón. El surgimiento de la industrialización en el siglo XVIII se debe al cambio ocurrido en el modelo tradicional de expansión europea, dando origen a un nuevo modelo basado en las relaciones entre las zonas ¨adelantadas¨ y el resto del mundo.
Por otro lado, que sea Francia y no Inglaterra el territorio donde nace la industrialización no fue coincidencia, la crisis económica y social sufrida por Francia en el siglo XVII lo condenaron. En el caso holandés, los problemas no fueron económicos, pero su estanco en la innovación a raíz del bloqueo por parte de grupos de interés y gremios, su sistema de gobierno anticuado y las guerras con otras potencias, provocaría que Holanda no fuera la cuna de la Revolución Industrial.
Finalmente, a raíz de los límites impuesto a este trabajo, se insta a otros autores a abarcar el tema desde otra perspectiva, dando especial énfasis a la pregunta: ¿Por qué la Revolución industrial ocurre en Europa y no en Asia? Esto con el fin de exponer lo sucedido en regiones importantes como China e India, que no fueron abordados en el ensayo, por lo ya mencionado.
*Sebastián Picado Robles. Estudiante de la Enseñanza de Estudios Sociales y Educación Cívica de la Universidad de Costa Rica. Correo electrónico:
Referencias
Allen, R. (2011). Why the Industrial Revolution Was British: Commerce, Induced Invention, and the Scientific Revolution [¿Por qué la Revolución Industrial fue británica?: comercio, invención inducida y la Revolución científica]. The Economic History Review 64, no. 2, 357–384. http://www.jstor.org/stable/41262428
Chaves, J. (2004). Desarrollo tecnológico en la primera revolución industrial. Norba, Vol. 17, 93-109. http://hdl.handle.net/10662/10305
Crafts, N. (1977). Industrial Revolution in England and France: Some Thoughts on the Question, ‘Why Was England First?’ [Revolución Industrial en Inglaterra y Francia: Algunas respuestas a la pregunta, “¿Por qué sucedió primero en Inglaterra?”]. The Economic History Review 30, no. 3, 429–441. https://doi.org/10.2307/2594877
Crouzet, F. (2017). England and France in the Eighteenth Century: A Comparative Analysis Two Economic Growths [Inglaterra y Francia en el siglo dieciocho: un análisis comparativo de dos crecimientos económicos]. En R. Max Hartwell (Ed), The Causes of the Industrial Revolution in England [Las causas de la Revolución Industrial en Inglaterra] (pp. 139-174). Routledge.
Hobsbawm, E. (1977). Industria e imperio: una historia económica de Gran Bretaña desde 1750. Ariel.
Mokyr, J. (2000). The industrial revolution and the Netherlands: Why did it not happen? [La Revolución Industrial y los Países Bajos: ¿Por qué no sucedió?]. De Economist 148, 503–520. https://doi.org/10.1023/A:1004134217178
Palmero, S. (2022). La Revolución Industrial en Inglaterra: orígenes, realizaciones y consecuencias. [Trabajo de Grado]. Universidad de Valladolid.
Voigtländer, N. and Hans-Joachim V. (2006). Why England? Demographic Factors, Structural Change and Physical Capital Accumulation during the Industrial Revolution [¿Por qué Inglaterra? Factores demográficos, cambio estructural y acumulación de capital físico durante la Revolución industrial]. Journal of Economic Growth 11, no. 4, 319–361. http://www.jstor.org/stable/40216109