En este mes que se conmemora el día del trabajador, es una buena ocasión para celebrar y reconocer el esfuerzo que hacen miles de mujeres y hombres cada día llevan el sustento a sus mesas y hacen progresar a este país. Estas heroínas y héroes no usan capa ni tienen superpoderes, pero lograr salir adelante a pesar de todo.
El trabajo, como institución social e histórica, tiene una enorme importancia para el ser humano, pero el camino para conquistar los derechos ha sido largo y lleno de retos, luchas e inclusos saboteos por los grupos poderosos e incluso entre los propios trabajadores, ejemplo de esto es el debilitamiento de los derechos laborales y el aumento de las jornadas de trabajo.
En estos días, las redes sociales han explotado contra el trato recibido por una empleada de una tienda a manos de una cliente. Sin embargo, esto es una realidad cotidiana en diversos oficios y profesiones donde personas respetan el trabajo de los demás, al punto de discriminar y sentirse superiores, como si fueran castas al mejor estilo de la India de antaño.
En este mes de mayo celebremos el orgullo por nuestro trabajo, esfuerzo y acciones cotidianas, pero también es necesario hacer conciencia sobre el ultraje que está sufriendo la clase trabajadora en manos grupos económico y políticos que desean sobre explorar a sus empleados mediante largas jornadas, salarios bajos o incluso con estructuras de venta de servicios para no tener que pagar los extremos laborales.
De aquí la importancia del respeto a los principios de justicia social y equidad, así como el cumplimiento de la legislación laboral. En un contexto, en el cual los últimos gobiernos han arremetido contra las Garantías Sociales, en especial contra el Código de Trabajo y la institucionalidad del país.
Cátedra de Historia de la UNED.