Ficha Técnica
Dirección: Tom Tykwer
Producción: Bernd Eichinger
Guion: Andrew Birkin
Fotografía: Frank Griebe
Edición: Alexander Berner
Duración: 147 minutos
Escrito por Mag. Warner Ramírez*
Por lo general, las películas basadas en libros introducen cambios significativos en el argumento para adaptarlos al cine. Pero esta producción es diferente, la intención del director fue plasmar visualmente la obra de Patrick Süskind en su totalidad. Para mi gusto, estamos ante la mejor adaptación cinematográfica de una novela.
La cinta nos lleva a Francia, a mediados del siglo XVIII, cuando se estaba configurando el escenario histórico que dio origen a la Revolución Francesa. No podríamos catalogar esta película como cine histórico, porque la columna vertebral del relato está formada por hechos ficticios e incluso fantásticos. Sin embargo, muestra un análisis crítico y semántico de la sociedad francesa de esa época, donde se exponen las contradicciones más oscuras de la humanidad. Aunque sea triste tener que admitir que tales injusticias son válidas para nuestros tiempos. Tiene, entonces dos pilares de la Historia: La crítica social de un periodo preciso y la comparación constructiva del pasado con el presente. Estos motivos son suficientes, a mi parecer, para incluir esta obra maestra del cine en este espacio de análisis.
El argumento nos cuenta la historia de un hombre que tenía dos condiciones extraordinarias y fantásticas. Un sentido del olfato en extremo desarrollado y la ausencia de cualquier aroma en su cuerpo. El verdadero valor de este personaje radica en que funciona como un medio para evidenciar la maldad del ser humano en su máxima expresión y en todas sus aristas. Jean Baptiste Grenouille es simplemente un símbolo. Representa a la misma sociedad que lo rechaza por el simple hecho de ser distinto. Grenouille es más que un asesino, funciona como un espejo que devuelve lo que recibe, es decir ¿El comportamiento atroz de Grenouille se debe a un intento inconsciente de adaptarse a la maldad para buscar aceptación?
El muchacho nace en un concurrido y nauseabundo mercado de pescado. Su madre, en pleno día, lo da a luz debajo de su puesto con la intención de abandonarlo y dejarlo morir entre vísceras de pescado de una forma totalmente inmisericorde. Pero el llanto del niño es escuchado por la muchedumbre y la madre es condenada a morir ahorcada.
Grenouille es condenado a vivir en un orfanato, administrado por una mujer que cobra al Estado por cada niño que cuida. Debido a su falta de aroma corporal, sin saberlo de forma consciente, las personas solo sienten rechazo hacia al niño, lo perciben diferente, como si fuera un monstruo ¿Cuántos niños también han sufrido rechazo a causa de ser diferentes o por haber sido concebidos por una persona que no los deseaba? Niños como Grenouille llegan al mundo todos los días.
A los 13 años, cuando el Estado ya no subsidió su estancia en el orfanato, Grenouille fue vendido a un curtidor de cuero. Aquí entra en un sistema de explotación esclavista donde su única esperanza es una muerte prematura. Parece que la explotación laboral de menores de edad no es una práctica reciente.
Pero su vida da un giro radical e inverosímil. Es adoptado por un prestigioso maestro perfumista quién le enseña todo lo que sabe. Aunque su forma de vida mejoró considerablemente, el muchacho aún seguía siendo utilizado simplemente como un objeto útil, sin recibir siquiera una gota de afecto en toda su vida.
Durante su edad adulta es que Grenouille se convierte en un desalmado asesino, pero ¿Fue un monstruo desde su nacimiento o el rechazo y el maltrato lo convirtieron en ser abominable? Es aquí cuando notamos que estamos ante una película de buena calidad, porque la mayoría de las respuestas provienen del juicio de valor del espectador, por lo tanto, no es una película llana o simplona, más bien está sujeta mil interpretaciones distintas y pone a prueba constantemente los principios morales del espectador. Es como una pintura impresionista, donde las formas apenas se insinúan y deben ser completadas por el ojo de quién las aprecia.
Lo que la producción deja claro, además de la maldad humana, fue la fuerte desigualdad social que sufría París en el siglo XVIII. La famosa ciudad, harto representada en el cine, sufre una desmitificación, no es presentada como aquel espacio celestial y romántico que gira alrededor del Palacio de Versalles. Se muestra la suciedad, la delincuencia, la soberbia, la frialdad, el hacinamiento y la opulencia.
La ambientación es ambiciosa, se esmera por recrear París y acentuar sus contradicciones, a veces exagera, pero el resultado es convincente y no altera el resultado final de la producción. Siento que a veces la fotografía abusa de los claro oscuro, pero es con la intención de saturar los colores de los objetos simbólicos, como las ciruelas amarillas que simbolizan la ruptura de la humanidad de Grenouille, su primer asesinato.
El vestuario es pertinente, agradable a la vista, bien logrado, se sale de la tendencia de cansar el ojo del espectador con tantos colores saturados como lo han hecho otras películas que retratan esta época. El director sabía que el protagonista eran los olores, no los colores. Entendía, desde el principio, que el principal reto sería describir aromas con imágenes. Mientras en la novela original la representación de los aromas es excepcional, en la película se cumple satisfactoriamente.
El reparto es fenomenal, Alan Rickman y Dustin Hoffman se elevan por encima de todos. El resto de los personajes secundarios cumple bien, quizá el más flojo fue el propio protagonista, le faltó intensidad, dramatismo, gestualidad y emociones, pero el guion lo salvó de hacer un desastre actoral. Y a pesar de todos los elogios que le puedo dar a esta cinta, debo dejar claro que el libro es superior en todo sentido.
Por supuesto que la cinta no es apta para ser exhibida en el salón de clases de Historia, aunque yo si me he atrevido a extraer escenas para explicar algunos elementos históricos como la explotación laboral de los niños, las malas condiciones de sectores sociales bajos y su relación con la revolución francesa y la dinámica de los talleres de artesanos antes de la Revolución Industrial.
*Mag. Warner Ramírez Arroyo. Profesor Cátedra de Historia de la UNED. Correo electrónico: