Escrito por don Manuel Antonio Herrera Vigil*
No soy educador, pero me gusta leer. Ahora con tantos cambios, trato de explicar cómo de vivía desde 1950 en adelante...
Nosotros nos habíamos acostumbrados a que la parte más intensa de la temporada lluviosa era en el mes de octubre. Tanto es así que decíamos que había llegado la octubrera, cuando llovía muy seguido.
Pero parece que eso está cambiando. La llegada de la tormenta tropical Eta y la tormenta Iota fueron en un mismo mes de noviembre, con la secuela de daños en el área de Volcán, Bambito, Cerro Punta, Río Sereno, en tierras altas, más el desastre que ocasionaba toda esa masa de agua, por las tierras bajas, hasta su salida al mar, en La Boca de Los Espinos.
Esta vez no ha sido la excepción. Informan las autoridades que, en cuatro días de noviembre, ha caído tanta lluvia como en el promedio de todo el mes de noviembre.
Todo esto se pudo conocer gracias a los reportajes de los periodistas, tales como Demetrio Ábrego y Astrid Carreño, en Veladero de Tolé, Palmira, Jaramillo, La Estrella, La Virgencita, Río Caldera y Río Cochea, y se suman los de muchas personas, conductores o pasajeros, a través de sus redes sociales.
Además de toda esta red de informantes, en esta oportunidad contamos con la descripción de un testigo excepcional: el doctor Stanley Heckadon Moreno. Cámara en mano, recorría el interior de ja vivienda o el patio, con el agua a los tobillos.
Mi profesora "Nenga" Moreno, madre de nuestro científico, se crío a orillas del Río Chiriquí Viejo y allí se vivía pendiente de las fases de la luna, las mareas y sobre todo, de las crecidas periódicas de los ríos Gariché, Divalá, Duablo, Escárrea, entre otros, cuyas aguas desembocan al mar, por la Boca de Los Espinos.
Explicaba el doctor Heckadon que, además de las crecidas normales, a las cuales ellos están acostumbrados, se suma ahora la incertidumbre de la apertura de compuertas de las muchas hidroeléctricas que se han construido en el curso superior de esa red hidrográfica.
En los registros efectuados por el personal técnico de la Chiriquí Land Company indican que en un período comprendido entre el año 1927 hasta la retirada de la empresa, la fuerza de la marea tapó cuatro veces la desembocadura y en todos los eventos, el agua de los ríos se vió obligada a abrir cauces nuevos, hacia el saliente y en cada ocasión, como a un kilómetro. Es decir, en el lapso de tiempo estudiado, La Boca de Los Espinos se movió unos cuatro kilómetros hacia el Este.
Hemos pasado un gran sequía que afectó las operaciones del Canal de Panamá y las lluvias ya permitieron recuperar el nivel de Lago Gatún y Lago Alajuela, así como el Lago Fortuna, a más de mil metros de altura, entre las provincias de Chiriquí y Bocas del Toro.
Creo que es tiempo de revisar todas esas concesiones, otorgadas bajo otras administraciones, con tantos beneficios para los capitalistas, con casi o muy poca retribución para los moradores y entidades locales a lo largo y ancho de esas cuencas hidrográficas.
Artículo 1129. Lluvias en noviembre.
David, viernes 22 de noviembre 2024.
Les invito a escuchar Radio Periódico Opinión, que dirige don Wilfredo Justavino Jurado, por Radio Chiriquí 106.9 FM.
*Manuel Antonio Herrera Vigil. Escritor panameño y colaborador del Boletín Historia y Sociedad de la UNED.