El maestro que prometió el mar es una historia conmovedora sobre Antoni Benaiges, un joven maestro con espíritu apasionado y una visión revolucionaria para la enseñanza. En 1935, llega a la pequeña escuela rural de Bañuelos de Bureba, un pueblo alejado de los sueños y oportunidades que la mayoría de sus alumnos apenas pueden imaginar.
Antoni rompe con las prácticas tradicionales y propone una forma de enseñar que anima a los niños a expresarse y soñar. Utiliza un método innovador para la época: la imprenta escolar. Con esta herramienta, invita a los estudiantes a escribir y publicar sus propios textos, permitiéndoles descubrir su voz y compartir sus pensamientos en el papel. Cada relato es un pedacito de su mundo, de sus esperanzas y sus deseos. Es entonces cuando, en medio de uno de esos ejercicios, los niños le cuentan a Antoni que nunca han visto el mar. Él, en un gesto lleno de ternura y compromiso, les promete que algún día los llevará a conocerlo.
Pero la sombra de la Guerra Civil amenaza con romper esa promesa. La película explora no solo la nobleza de un maestro que quiso abrir horizontes para sus alumnos, sino también la tristeza de una sociedad que frenó esos sueños. Es un homenaje a la educación como herramienta de cambio, a los maestros que desafían los límites y a los niños que, como los de aquel pequeño pueblo, nunca dejarán de soñar con el mar.
Relación con las teorías educativas del curso:
Pedagogía del oprimido de Freire:
Educación liberadora: Antoni Benaiges representa la visión de Paulo Freire sobre una educación que libera. Su promesa de llevar a los niños al mar simboliza la apertura de nuevos horizontes y la esperanza de trascender su realidad limitada.
Rechazo a la educación bancaria: Benaiges rompe con el método tradicional de “educación bancaria”, donde el maestro solo deposita conocimiento. A través de la imprenta escolar, fomenta una educación activa y reflexiva, en la que los estudiantes expresan y cuestionan su entorno.
Diálogo como herramienta: En lugar de imponer sus ideas, Benaiges crea un espacio de diálogo con sus estudiantes, promoviendo el respeto y la construcción conjunta del conocimiento. Esto refuerza el aprendizaje como un proceso colaborativo, alineado con la pedagogía de Freire.
Concientización y cambio social: Benaiges, republicano, ateo y crítico del capitalismo, busca despertar en los niños una conciencia crítica de su realidad, animándolos a imaginar un mundo más justo y libre, en coherencia con sus ideales de justicia social y laicidad en la educación.
Símbolo de emancipación: Su compromiso con una educación laica y su rechazo a las estructuras de poder autoritarias lo posicionan como un defensor de los valores republicanos y un educador transformador, que ve en la educación un motor para la emancipación social y cultural.
Escuela del pueblo de Célestin Freinet:
Educación activa y práctica: Freinet promovía un aprendizaje basado en la acción y la experiencia práctica. En la película, Antoni Benaiges utiliza la imprenta escolar para que los niños escriban sus propios pensamientos y experiencias, permitiéndoles aprender de manera activa y significativa, en línea con la pedagogía de Freinet.
Trabajo comunitario: La Escuela del Pueblo de Freinet valoraba el trabajo colaborativo, entendiendo que la educación debe prepararse para la vida en comunidad. Benaiges fomenta la cooperación entre sus estudiantes, permitiéndoles explorar sus habilidades y trabajar juntos en el proceso de escritura y publicación.
Autonomía y creatividad: Freinet defendía la libertad de los estudiantes para expresarse y desarrollar su creatividad. Benaiges, en lugar de imponer su visión, deja que los niños exploren sus ideas y sueños. Este enfoque respeta la individualidad y creatividad de cada niño, similar a la idea de Freinet de que los niños son protagonistas de su propio aprendizaje.
Crítica al sistema autoritario: Freinet y Benaiges comparten una postura crítica hacia los sistemas educativos autoritarios y memorísticos. La educación de Benaiges es una herramienta de emancipación que desafía las normas tradicionales, inspirando a los estudiantes a cuestionar y ampliar su visión del mundo.
Educación y justicia social: Tanto Freinet como Benaiges ven en la educación un motor para la equidad y la justicia social. En su compromiso con una educación inclusiva y laica, Benaiges muestra una visión transformadora de la educación, similar a la de Freinet, enfocada en crear una sociedad más justa y solidaria.
Pedagogía Waldorf de Rudolf Steiner:
El arte y la música como medios de aprendizaje: Un pilar fundamental de la pedagogía Waldorf es la integración del arte, música y expresión corporal en el aprendizaje. En la película, Benaiges incorpora la música en sus clases, un recurso que conecta emocionalmente a los niños con su aprendizaje y enriquece su experiencia escolar. Esto se alinea con el enfoque Waldorf, donde la música se utiliza para fomentar el desarrollo emocional y fortalecer la conexión de los estudiantes con su entorno.
Educación libre de exámenes y tecnología: En las etapas iniciales, Waldorf evita exámenes estandarizados y limita el uso de tecnología para favorecer una enseñanza experiencial. Benaiges, con su imprenta escolar, se enfoca en que los niños aprendan a través de la práctica y la autoexpresión, en lugar de imponer conocimientos de forma rígida, proporcionando un ambiente libre y experimental que incentiva el aprendizaje auténtico y la curiosidad.
Maestro como modelo y acompañante: En el sistema Waldorf, el maestro permanece varios años con el mismo grupo de estudiantes, creando un vínculo fuerte y estable. Aunque Benaiges no sigue exactamente este modelo, él construye una relación cercana y de confianza con sus alumnos, acompañándolos en su crecimiento y apoyando su desarrollo individual, tal como lo hace un maestro Waldorf que guía con empatía y presencia constante.
Educación como impulso hacia la libertad: Steiner promovía la idea de educar para que los estudiantes se conviertan en individuos autónomos y críticos. Benaiges, quien también defiende una visión laica y republicana de la educación, fomenta en sus alumnos la capacidad de imaginar y soñar con un futuro más amplio y libre. Su promesa de llevarlos a ver el mar se convierte en un símbolo de este ideal de libertad, al igual que en Waldorf se incentiva a los estudiantes a desarrollarse como seres libres y conscientes de su potencial.
Método Montessori de Maria Montessori:
Autonomía y aprendizaje autodirigido: Montessori enfatiza la independencia del niño y el aprendizaje a su propio ritmo. En la película, Benaiges fomenta esta autonomía a través de la imprenta escolar, permitiendo que los estudiantes expresen sus ideas sin la presión de un sistema rígido.
Ambiente preparado y materiales sensoriales: Montessori propone un ambiente ordenado y adaptado al desarrollo infantil, usando materiales que estimulan los sentidos. Aunque Benaiges no utiliza el método Montessori en su totalidad, su enfoque práctico y centrado en la experiencia permite a los estudiantes conectarse profundamente con sus aprendizajes.
Rol del maestro como guía: Montessori considera que el maestro debe observar y guiar, no imponer conocimiento. Benaiges actúa como facilitador y mentor, creando un espacio de confianza y motivación para que los estudiantes exploren y aprendan de forma natural.
Educación integral y emocional: Tanto Montessori como Benaiges valoran el desarrollo emocional y social de los niños. En la película, el uso de la música y la escritura en clase de Benaiges contribuye al desarrollo integral, al igual que Montessori busca que los niños crezcan en armonía consigo mismos y con su entorno.
*Bachiller Sebastián Picado Robles en Estudios Sociales y Educación Cívica por la UCR. Correo electrónico: